
La atención regula la emoción esta sencilla estrategia apela a la atención selectiva para señalar a la agitada amígdala cerebral. Mientras un niño está interesado en el objeto de su atención se tranquiliza. En el instante en que ese objeto pierde su fascinación (si los circuitos de la amígdala siguen enviando sus señales el desasosiego regresara triunfal.
Por supuesto la treta consiste en mantener al niño intrigado el tiempo suficiente para que la amígdala se calme.Cuando los niños aprenden a controlar esta maniobra empiezan a desarrollar una habilidad fundamental para la auto regulación emocional que tendrá una gran importancia a lo largo de la vida.